¿Existe una mejor forma de celebrar el Día del Amor que consintiéndose a uno mismo? La verdad es que no. Sabemos que el primer paso para llevar una vida de bienestar y plenitud, así como para establecer una relación afectiva saludable con amigos, pareja o familia, es necesario desarrollar una estabilidad emocional al igual que una integridad personal que nos permita permanecer firmes ante cualquier circunstancia negativa.
Fortalecer la autoestima es una labor que puede parecer sencilla, pero antes de ubicarnos en este punto donde creemos que tenemos una solidez y objetividad al momento de valorarnos, debemos entender que se requiere un análisis minucioso y exhaustivo para determinar si en verdad estamos en un panorama saludable sobre cómo nos percibimos. Para lograrlo, debemos saber en qué consiste una autoestima saludable.
Para alcanzar este objetivo, es necesario que una persona tenga una autoimagen corporal, intelectual y emocional lo más apegada a la realidad posible, debe evaluarse en una forma positiva al considerar sus capacidades y limitaciones, y también debe tener un profundo respeto por sí misma, por sus sentimientos, sus valores y necesidades, tal como indica Laura Somarriba Rocha, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México).
Estos son algunos factores que debes considerar para construir una autoestima sólida y saludable:
- Vivir de manera consciente. Es necesario mantener los pies sobre la tierra al momento de plantearse expectativas, así como ser coherentes con las circunstancias al momento de juzgarnos, lo que implica darse cuenta de quién eres y qué es lo que estás haciendo antes de dar un nuevo paso.
- Autoaceptación. Puede ser el objetivo más obvio, pero también el más complejo. Reconocer las cosas que son inherentes e inamovibles en nuestra persona es la única forma de empezar un proceso de fortalecimiento emocional y el desarrollo de nuevas capacidades.
- Autoafirmación. A diferencia del punto anterior, aquí es necesario establecer una conciencia objetiva sobre tus capacidades profesionales, emocionales o de cualquier otra índole con base en las actividades, logros o fracasos del día a día.
- Responsabilidad de uno mismo (cuerpo, pensamiento, conductas y emociones). Adjudicar malestares personales a fuentes externas es una práctica más común de lo que puede parecer. Recuerda que solo tú tienes el poder de cambiar tu forma de sentir y afrontar situaciones desequilibrantes, nadie, por difícil que sea aceptarlo, es responsable de tu bienestar o de las consecuencias de tus decisiones.
- Establecer objetivos. Ser productivos es la forma más natural de fortalecer la seguridad y confianza en uno mismo. Cada vez que se completa una meta crecemos interiormente y es una manera de autoevaluarnos con elementos tangibles.
Así que ya lo sabes, este 14 de febrero celébralo de forma diferente y fortalece tu personalidad a través de la introspección. Plantéate alcanzar un grado de conciencia sobre tu vulnerabilidad y también acerca de tus aptitudes más destacadas, sin dejar de lado la búsqueda de posibles formas para sobrellevar los tropiezos con inteligencia.
