Los días internacionales creados por la ONU tienen como objetivo sensibilizar, concientizar, y señalar que existe un problema sin resolver en las sociedades. Dentro de esa lista de fechas conmemorativas, hoy 5 de septiembre, celebramos el Día Internacional de la Beneficencia, el cual fue designado en 2012 después de que los 193 países que componen las Naciones Unidas hicieran un acuerdo para adoptar 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El punto principal de esta fecha es atender los efectos de las crisis humanitarias, fortaleciendo a través de la solidaridad los servicios básicos: salud, educación y vivienda, así como la protección de la infancia. Este día se establece el mismo día del fallecimiento de la Madre Teresa de Calcuta, un ícono de la filantropía.
La creación de alianzas entre los gobiernos, las asociaciones filantrópicas, las ONG y la población en general, es la única estrategia para combatir la desigualdad y mejorar la calidad de vida de grupos vulnerables y zonas desfavorecidas en cualquier parte del mundo.
Las acciones caritativas fortalecen los lazos humanos y promueven el valor de la empatía, esto puede ser el aporte más importante de dichas actividades, ya que transmitir un mensaje de esperanza a través de acciones motiva a las personas a reflexionar sobre la forma en que cada uno puede contribuir con una buena causa.
Según estudios del Banco Mundial, casi 1,100 millones de personas han salido de la pobreza extrema desde 1990, pero los avances siguen siendo insuficientes tomando en cuenta el crecimiento acelerado de la población. Este problema requiere acciones de unidad global, se trata de una meta difícil, pero promoviendo pequeñas acciones como donar a la caridad, el voluntariado o gestionar actividades de beneficencia en nuestras comunidades, ayudará a lograr cambios de un valor gigantesco para la vida de muchas personas.
¡Todos somos parte importante para crear un mundo mejor donde vivir, decídete a ayudar!
