Un punto de inflexión para los seres humanos es llegar a los 30 años, es una etapa en nuestras vidas donde dejamos atrás una década de completa juventud y nos encaminamos a una donde el proceso natural de envejecimiento del cuerpo es evidente cada día porque empiezas a sentirlo con total claridad.
Es también el momento idóneo para empezar a poner mayor atención a nuestra salud e iniciar con el proceso de realizar al menos una vez por año exámenes médicos, cuyos resultados nos servirán para monitorear y controlar nuestro estado de salud.
A nivel latinoamericano no existe una cultura fuerte de prevención y, por ello, no es común ir con frecuencia al médico primario, monitorear nuestro estado de salud y supervisar ciertos aspectos como el control del colesterol, triglicéridos y glucosa porque lo asociamos a la vejez.
Sin embargo, el doctor Javier González, Director Médico de Global Reach Health recomienda realizar ciertos exámenes médicos cuando lleguemos a nuestra tercera década. El chequeo depende de nuestro estado de salud, pero es importante empezar con una exploración clínica y análisis básico (exámenes de laboratorio).
Dentro de los exámenes de laboratorio se debe chequear cifras de glucosa, colesterol, creatinina (para evaluar la función renal), las defensas (leucocitos o glóbulos blancos) y descartar una posible anemia (cifras de hemoglobina). Dependiendo del resultado y si hay algún síntoma previo se pueden ordenar otra serie de pruebas complementarias para cada caso concreto.
A este chequeo anual de rutina se van añadiendo pruebas o especificaciones según la década de la vida, pero a partir de los 30 años estos son los recomendados. Además, se sugiere hacer otras revisiones como el de la vista y la odontológica, al menos una vez al año.
“El objetivo de este control rutinario es poder detectar problemas médicos a tiempo, evaluar el riesgo de problemas futuros, fomentar un estilo de vida saludable, estar al día con tus vacunas y ayudar a que cada persona se familiarice con su proveedor en caso de una enfermedad¨ asegura González.
Igualmente, recomienda diferentes exámenes según el sexo. Los hombres por ejemplo deben realizarse un examen de sangre completo (hemograma) al menos una vez al año. Dependiendo de tu estado general de salud y tu nivel de actividad física, este examen puede programarse cada 3 años. Una hematología te ayudará a identificar enfermedades como la diabetes, el colesterol alto y las enfermedades de transmisión sexual.
Después de los 30 años los hombres deben realizarse:
- Electrocardiograma cada 2 años, es lo ideal para prevenir e identificar enfermedades del corazón.
- Toma de presión arterial importante llevar control semanal o mensual de la presión arterial. Evitar realizar la medición después de realizar actividad física o comer demasiado. Lo ideal es que sea a la misma hora del día, preferiblemente, de una a dos horas después del desayuno.
- Examen testicular: Aunque en la década de los 30 no es necesario realizarlo una vez al año, es importante hacerse un autoexamen testicular al menos dos veces por año y un examen testicular con médico especializado al menos una vez cada dos años. Si hubiera alguna molestia, debes presentarte lo antes posible con el urólogo de tu preferencia.
- Próstata: Ahora existen diferentes opciones al tradicional examen táctil del área. Puedes solicitar un examen de sangre para revisar la próstata al menos una vez cada 3 años. Es decir, a los 33 es obligatorio que realices este chequeo.
En el caso de las mujeres después de los 30 años, es el momento de plenitud de su edad fértil. Por ello, es fundamental que se realicen los siguientes exámenes: presión arterial, colesterol, diabetes, un chequeo dental y de la vista, revisión de vacunas, perfil hormonal (irregularidades menstruales), chequeos para detección de enfermedades de transmisión sexual, una prueba del VPH (virus del papiloma humano) cada 5 años y, por su puesto, una citología cervical cada 3 años para descartar el cáncer de cérvix.
El objetivo de la citología cervical es buscar células anormales en el cuello uterino que podrían convertirse en cáncer con el tiempo. Si se detecta alguna anormalidad, es posible recibir tratamiento de manera oportuna, por esa razón, es que se recomienda hacerse este tipo de control con frecuencia.
Por otro lado, aunque la mamografía es recomendada usualmente para mujeres después de los 40, si en tu familia hay antecedente de cáncer de mamas, es importante que te la realices porque la detección temprana podría evitarte el desarrollo de este tipo de cáncer. Este examen permite estudiar las mamas mediante rayos X, diferenciando densidades de tejidos que ayudan a identificar tumores malignos pequeños y patologías benignas.
En conclusión, con este artículo desde BMI queremos generar conciencia sobre la importancia de la prevención, no valores tu salud hasta que estés enfermo. Realizarte chequeos continuos te ayudará a identificar comportamientos negativos y de riesgo, la prevención primaria te permitirá detectar a tiempo cualquier irregularidad y, más importante aún, podría ayudarte a salvar tu vida.