Desde 2013, el 1º de marzo conmemora el Día de la Cero Discriminación, una iniciativa que unifica esfuerzos para que se garantice el derecho de todas las personas a vivir una vida plena y productiva en un entorno donde nadie sea excluido debido a su identidad de género, raza, edad, discapacidad, origen étnico, orientación sexual, religión o cualquier otro motivo.
Los conceptos anteriores son solo etiquetas generales para englobar las prácticas discriminatorias más comunes, pero existen muchas otras formas menos específicas en las que se puede presentar, de hecho, el bullying, así como el acoso sexual, también son dos formas de discriminar, y son estas las que han alcanzado un grado alarmante en los últimos años.
Desgraciadamente, la discriminación afecta todas las áreas de la interacción social, y es por ello, que la responsabilidad de combatirla nos corresponde a todos.
Uno de los puntos que requiere más atención tanto de la sociedad civil como de las autoridades responsables, es la discriminación laboral, un problema que ha permanecido lejos de un juicio justo, ya que durante años se ha logrado encubrir ciertos compartimientos discriminatorios bajo justificaciones jerárquicas. Tomar ventaja de la necesidad monetaria de los empleados es una situación moral y éticamente reprobable.
Al ser el trabajo una actividad inherente a la vida humana, construir un espacio laboral justo, equitativo y libre de conductas que degraden la dignidad, debe ser una prioridad. No importa cual sea tu cargo, el compromiso individual de combatir este mal es inamovible.
Los siguientes tres puntos son aspectos básicos que debes considerar para crear una organización libre de discriminación:
Evita el lenguaje discriminatorio
La discriminación laboral puede empezar incluso antes de la primera entrevista, por ejemplo, durante las campañas de reclutamiento no utilices palabras que puedan reducir las posibilidades de un prospecto debido a alguna razón específica desligada de la actividad profesional. También debes tener en cuenta que usar un lenguaje inclusivo al interior de la organización facilitará la relación con todos y cada uno de los trabajadores.
Salarios igualitarios
Trabajos similares deben tener salarios equitativos, sin importar la edad, sexo, religión, inclinación política o color de piel. Parece simple, pero este punto lleva años en las mesas de discusiones sin llegar a una solución contundente. Debes considerar que, si este aspecto no se cumple, generará una inestabilidad crítica en la estructura de la organización.
Políticas estrictas
Las compañías deben contribuir fomentando valores sociales como la equidad, la igualdad, la solidaridad y la diversidad, así como implementar códigos de comportamiento interno que protejan las garantías fundamentales de todos los trabajadores. Y más importante aún, deben garantizar que todas aquellas conductas discriminatorias serán castigadas de forma transparente y sin reparos.
Todos podemos tomar medidas para hacer frente a la discriminación; manifestar nuestra incomodidad con cualquier acción que consideremos injusta y respaldar a los compañeros que sean víctimas de este tipo de decisiones son tareas fundamentales.
Guardar silencio o hacer caso omiso solo nos convierte en cómplices. El trabajo libre de discriminación es un trabajo que enriquece a nuestra sociedad de una forma más grande que la monetaria.
