¡Llegó verano!
Es verano, días soleados y altas temperaturas, son la atracción perfecta para estar al aire libre, es parte de la temporada. Sin embargo, no siempre sabemos cómo protegernos del sol correctamente. A menudo, muchas personas consideran que con permanecer a la sombra es suficiente, cuando en realidad, no lo es.
Independientemente de la actividad que decidas realizar, ya sea ir a la playa o pasarlo en las terrazas, debes proteger tu piel de los rayos solares para disfrutar de un verano sin problemas.
Realizar las actividades sin protección son acciones que pueden conllevar serias consecuencias para nuestra salud si nos excedemos, como pueden ser las insolaciones, deshidratación, golpes de calor…
Como mencionamos anteriormente, el verano es sinónimo de vacaciones, pasar mucho tiempo al aire libre y disfrutar del tiempo caluroso. Si sientes que la temperatura se vuelve insoportable en algunas ocasiones, te serán útiles esta serie de recomendaciones y trucos que te ayudarán a combatir el calor y prevenir las afecciones ¡Descúbrelos a continuación!
La exposición prolongada al sol puede ocasionar daños
La radiación solar no solo perjudica la piel, sino también las áreas sensibles de la retina y la córnea de los ojos. Por ello mismo, protegerse del sol en verano no solo es cuestión de permanecer a la sombra para intentar proteger la piel. En realidad, implica diversas estrategias para proteger aquello que pueda estar demasiado expuesto a los rayos del sol.
Las áreas del cuerpo más vulnerables a la exposición de la radiación UV son las orejas, la cara, los ojos y los brazos, que si no se protegen correctamente pueden sufrir insolación o quemaduras. Especialmente de 12:00 del mediodía a 5:00 de la tarde, que es cuando el sol incide con más fuerza.
En el artículo de hoy te damos estos 5 consejos para tomar el sol que se convertirán en tus mandamientos este verano para evitar las insolaciones y los golpes de calor.
- Limita el tiempo de exposición. El sol nos aporta muchos beneficios, incluyendo nuestro estado de ánimo, pero si queremos evitar complicaciones a largo plazo en la piel y cuerpo, debemos limitar el tiempo de exposición (no más de 30 minutos seguidos de exposición).
- Utiliza un buen protector solar. Utiliza siempre productos que cuenten con evidencias científicas y hayan sidos probados dermatológicamente. Lo más importante es que escojas la textura que más te guste para que te apetezca ponértelo (y reaplicarlo cada 2 horas).
- Hidrátate bien y a menudo. Una buena hidratación es clave para llevar una vida saludable, pero en los días en los que tomamos el sol se convierte en algo esencial y muy importante, ya que el sol provoca una deshidratación progresiva en nuestro organismo que se intensifica cuando estamos bajo sus rayos.
4. Ropa adecuada. Usar la ropa apropiada te protege contra la radiación dañina de UV y ayudará a minimizar la insolación. El verano es para estar cómodos, así que utiliza prendas frescas pero que te protejan de los rayos solares, a la vez agrega a tu atuendo gafas solares, sombreros y gorras.
5. Protege especialmente a los niños. Los niños siempre deben usar protectores solares específicamente formulados para ellos debido a que la concentración de sus filtros es diferente. La piel de los niños es especialmente delicada.
Las recomendaciones generales para los bebés y niños son las siguientes:
- En el caso de los bebés menores de 1 año. Recomendamos mantenerlos fuera de la luz solar directa y protegerlos de la luz indirecta con protectores específicamente formulados para la piel frágil del bebé.
- Los niños entre 2-3 años años. No deben exponerse directamente a los rayos solares. Deben utilizar siempre un protector adecuado con un SPF muy alto (50+) y además complementarlo con medidas físicas como camisetas, gorros. pantalones, gafas de sol y sombrilla para disminuir las áreas expuestas al sol.
- En niños mayores de 3 años. Debido a las actividades en la playa y en la piscina. hay que aplicar protectores infantiles resistentes o muy resistentes al agua, es decir, que mantengan el SPF 40 u 80 minutos después de sumergirse en el agua. Si pasa ese periodo de tiempo, hay que volver a aplicar el protector.
Está claro que tomar sol nos puede ayudar a obtener el bronceado que todos queremos en verano, pero es fundamental apostar por una adecuada protección para evitar daños sobre la salud, porque los efectos negativos de la exposición son acumulativos.
